sábado, 3 de noviembre de 2012

Praga es una ciudad color violeta..

Praga es una ciudad color violeta..
La ciudad de las cúpulas la llaman.

La Plaza Vieja, su reloj, sus calles empedradas.
Cansada de intentar hacerme entender, me senté en las escalinatas de piedra del monumento central. Y allí estaba Fabriccio con su mochila y su sonrisa puesta.
Supongo que mis ojos reflejaban la pérdida y el cansancio.
Se acercó y me preguntó en italiano "conoces la ciudad?" (Al fin un idioma mínimamente inteligible!).
Le miré y le enseñé mi plano.
Volvió a sonreir negando con la cabeza.
Entonces cogió mis manos y las colocó sobre las piedras de la escalinata..
"La ciudad hay que sentirla, acariciarla.. Si no lo haces, tu pasarás por Praga, pero Praga no quedará en ti."
Era un bohemio, alguien que viajaba por el puro placer de conocer ciudades y personas anónimas..
Hablamos sólo diez o quince minutos. Jamás he vuelto a verle, pero supongo que esa era la lección que el quiso que aprendiera aquel día.
Fabriccio pasó por mi vida sólo un instante, pero el y la ciudad se quedaron para siempre conmigo.





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